lunes, 6 de agosto de 2012

Sociedad Siglo XVII

Podemos definir el siglo XVII como un período afectado por una crisis universal que se extendió a lo económico, lo social, lo político e, incluso, lo espiritual..
La crisis fue, principalmente, el resultado de la agudización de las tensiones estructurales del Antiguo Régimen como consecuencia del impacto de una coyuntura negativa.
Ello resulta visible, en primer lugar, en el terreno de la economía. Los desequilibrios entre población y recursos, propios de la estructura económica de la sociedad preindustrial, se agravaron como efecto de las malas cosechas y de las periódicas crisis famélicas. Por lo demás, el desarrollo capitalista de Europa sufrió una ralentización al descender las remesas de metal precioso importado de América, que habían alimentado la expansión del XVI.
La disminución de las importaciones de plata condicionaron, a su vez, una bajada de los precios. Si la inflación del siglo anterior había estimulado la acumulación de capitales y el desarrollo económico general, las tendencias deflacionistas del XVII, encubiertas a menudo tras violentas oscilaciones de los precios, habrían conducido irremediablemente a una caída de los beneficios, agravada por la contracción de la demanda que, junto a las malas condiciones económicas generales reinantes, produciría la menor circulación monetaria.
Las principales evidencias de la crisis del XVII fueron: a) la decadencia o estancamiento de la población, excepto en Holanda, Noruega, Suecia y Suiza; b) la caída de la producción industrial; c) la crisis del comercio exterior e interior.
La causa de la crisis no radicó en la guerra, sino en la persistencia de ciertos factores que entorpecieron el desarrollo capitalista en Europa, tales como la estructura feudal-agraria de la sociedad, las dificultades en la conquista y aprovechamiento de los mercados coloniales de ultramar y lo estrecho del mercado interior.
La crisis del XVII, a la que hay que contemplar como un momento clave en la evolución del feudalismo al capitalismo, no presentó idénticas características que la crisis del XIV. Si ésta tuvo como consecuencia un reforzamiento de la pequeña producción local, en cambio aquélla indujo una concentración del potencial económico. Tal proceso se verificó en el ámbito agrario en la forma de concentración de tierras en manos de terratenientes, y en el ámbito industrial al consolidarse la manufactura dispersa (putting- out system) a expensas de la artesanía gremial. Ambos fenómenos contribuyeron a acelerar el proceso de acumulación capitalista previo a la revolución industrial.
Sin embargo, el proceso no se verificó en toda Europa de forma general. La crisis del XVII estableció con claridad una división del Continente según el grado de desarrollo económico de las diferentes zonas. Fue sufrida de forma más aguda por los países mediterráneos, Alemania, Polonia, Dinamarca, ciudades hanseáticas y Austria. Francia se mantuvo en una posición intermedia. Mientras tanto, Holanda, Suecia, Rusia y Suiza tendieron más bien al progreso que al estancamiento. Pero la beneficiaria indiscutible fue Inglaterra, país que salió extraordinariamente reforzado de la crisis debido a que allí primaron los intereses manufactureros respecto a los comerciales y financieros. La crisis del siglo XVII contribuye a explicar, por tanto, el protagonismo inglés en el desarrollo de la primera revolución industrial durante el siglo XVIII y, en general, la precocidad de Inglaterra en la formación del capitalismo manufacturero.
La ruina del pequeño campesinado alimentó un proceso de concentración de la propiedad, mientras que la nobleza, también afectada por la crisis, incrementó la presión señorial y se adueñó de tierras de explotación comunal.

Costumbres de los distintos sectores sociales

¿Dónde vivían?

Los Estados comenzaron a establecer reglas y controles en todos los aspectos de la vida social, desde la economía hasta las actitudes personales. Los reyes pretendían, así, preservar el papel dominante de la nobleza ante el avance amenazador de la burguesía. La vida de los sectores altos parecía tener un carácter público. Por ejemplo, Luis XIV vivía en Versalles, rodeado
de buena parte de la nobleza. Estos nobles conformaban su corte, y eran llamados cortesanos. Al vivir con el rey, la nobleza perdió no sólo su peso político sino también gran parte de su vida privada. Sin embargo, aun en el palacio real, existió un espacio de privacidad: todos los días el monarca se retiraba a sus cámaras privadas, donde se reunía con su familia, sus criados y unos pocos allegados.
En cambio, los sectores acomodados de la sociedad –nobleza y alta burguesía– construían casas suntuosas en la ciudad y en el campo. Estas eran generalmente de dos plantas, con espacios diferenciados y un mobiliario apropiado para las necesidades de cada ambiente.
Por el contrario, en los sectores populares la vida transcurría casi exclusivamente en el ámbito del hogar, que la mayoría de las veces era también el lugar de trabajo. La vivienda no tenía espacios diferenciados: generalmente era un ambiente único donde se cocinaba y dormía, y
en el que, con frecuencia, había también algunos animales. La falta de comodidades y equipamiento en las viviendas obligaba a sus habitantes a vivir, literalmente, en la calle.

Comer, beber y divertirse

En el siglo XVII, convivieron el hambre y los banquetes,las fiestas y la guerra. Los pobres se alimentaban de hortalizas,cereales, huevos y muy poca carne conservada en sal.
Las bebidas más difundidas eran el vino, la cerveza y los licores, el tabaco era consumido por todos los sectores sociales. Un dicho que circulaba en ese tiempo en Inglaterra afirmaba: “El español come, el alemán bebe y el inglés se excede en las dos cosas”.
El café, el té, el chocolate y el tabaco fueron introducidos en Europa en el transcurso del siglo XVII, pero durante bastante tiempo sólo se usaron como productos medicinales.

Los torneos, justas, cabalgatas y otras rudas diversiones de la nobleza en los siglos anteriores, desaparecieron por completo, para ser sustituidas por otras más refinadas, como paseos en carroza por avenidas cubiertas de árboles en las que se reunía toda la sociedad.
Se estilaron mucho los festines suntuosos, los conciertos y bailes; éstos últimos eran más bien exhibiciones de personajes vestidos con trajes alegóriocs, al estilo de la corte de Luis XIV.

Aunque se introdujeron en el siglo XVII grandes mejoras en las ciudades europeas, éstas seguían siendo muy sucias, pues las barreduras e inmundicias se arrojaban por las ventanas, luego de avisar alos transeúntes con aquella típica frase : " ¡AGUA VA!".

El traje sufrió muchas modificaciones. A fines del siglo, la indumentaria de los nobles estaba formada por calzón corto, medias y zapatos, un largo chaleco cerrado, casaca con mangas, ancho cuello de encaje o una corbata larga anudada al cuello ; los cabellos eran largos o, al revés, cortados al rape, en cuyo caso se usaban enormes pelucas postizas que llegaban hasta la cintura.

Las comunicaciones, tan perfeccionadas en nuestros días, eran a principios del siglo XVII muy imperfectas; se viajaba a pie, a caballo, o en pesadas literas. Hacia 1 630 aparecieron los coches o carruajes : especie de carretas cubiertas por un toldo y llenas de paja, que servía de asiento a los viajeros.
 
Los lugares de diversión popular eran el mesón y la feria.Las peleas de gallos, las corridas de toros y las carreras eran las competencias más concurridas. El baile conservó su lugar destacado de encuentro y alegría, junto con las fiestas profanas, como el Carnaval, y algunas fiestas religiosas. Los deportes que se practicaban mostraban las diferencias entre las clases: el tiro y la ballesta eran comunes en los sectores populares; el esgrima, la lucha y el salto entre los burgueses; y la equitación y la caza entre los nobles.

Los roles en la sociedad

Además de una diferenciación social, en la sociedad había una marcada distinción de roles entre hombres y mujeres, tanto en el ámbito público como en el privado. El espacio familiar estaba organizado por una disciplina autoritaria impuesta por el jefe de familia, que garantizaba el patrimonio y el honor del grupo. Las mujeres estaban excluidas de los negocios o de los asuntos públicos, salvo las que pertenecían a las capas sociales superiores o eran viudas. Su actividad, entonces, estaba limitada al ámbito del hogar y a cumplir con sus deberes como esposa y madre. La mujer debía guardar compostura y fidelidad a los suyos. Sin embargo, no carecía de poder: se encargaba de administrar la casa y, por lo que, en cierto modo, participaba de una división de
poderes y tareas con el jefe de la familia. En las familias aristocráticas eran los varones quienes heredaban las propiedades; las mujeres, por su parte, sólo recibían una dote para casarse. Como la dote significaba un gran gasto, no todas las hijas se casaban; algunas se quedaban a vivir con uno de sus hermanos o entraban a un convento, donde se requería una dote menor. El matrimonio era decidido por los padres. Las mujeres nacidas en familias pobres tenían muy pocas oportunidades de ascenso social. La mujer campesina soltera debía mantenerse con su trabajo, por ello emigraba del hogar a los diez o doce años para emplearse en casa de una familia de mayores recursos.Otra alternativa era trabajar en casa de parientes. Estos
la albergaban para que ella, con su trabajo, pudiera ahorrar el dinero necesario para su dote matrimonial. Otro destino de la mujer pobre era trabajar en las tejedurías, que empleaban mayoritariamente personal femenino en sus talleres de producción de seda y encaje.


Crisis Siglo XVI

Las principales evidencias de crisis del siglo XVII fueron:

a)La decadencia o estancamiento de la poblacion, excepto en Holanda, Noruega,Suecia y Suiza

b)La caída de la produccion industrial.

C) La crisis del comercio exterior e interior, en las zonas clasicas del comercio medieval se operan grandes cambios, pero tanto el comercio báltico como el mideterráneo decayeron sin paliativos despues de 1650.
d)La causa de la crisis no radico en la guerra, sino en la persistencia de ciertos factores que entorpecieron el desarrollo capitalista en europa, tales como la estructura feudal-agraria de la sociedad, las dificultades en la conquista y aprovechamiento de los mercados coloniales de ultramar y lo estrecho del mercado interior.

e)El resultado en el ámbito social cconsistió en un proceso de refeudalización.

F) La crisis en la distribución de la renta.El papel del estado contribuyó a agravar el endeudamiento privado, desequilibró la destribución y forzó la polarización social.

g) La ruina del pequeño campesinado alimentó un proceso de concetración de la propiedad.Mientras que la nobleza incrementó la presión señorial y se adueñó de tierras de explotación comunal.

La crisis encubre evoluciones desiguales.
Desarrollos diferenciales entre diversas áreas geo-políticas que condujeron a un cambio de equilibrios y a una alteración del sistema de hegemonía económica.
Representó un freno en la marcha del desarrollo capitalista, para otros más dinámica.
Cambios profundos en las estructuras económicas.